
Testimonios
Lo que dicen nuestros asociados
A través del presente testimonio queremos agradecer al Barzón de Resistencia Civil Estado de Veracruz, A.C., por habernos ayudado cuando más lo necesitábamos, y más aún, por devolvernos nuestro patrimonio.
Nosotros somos propietarios de un negocio de abarrotes, todo iba bien hasta que una terrible inundación azoto la zona a finales del año 2010, y después un huracán. Ahí perdimos todo nuestro capital pues nuestros clientes a crédito -así como nosotros- lo perdieron todo, casas, locales y mercancías; fue imposible recuperar mucho del dinero que teníamos otorgado en crédito con los clientes ya que solo estaba amparado a la sombra de una nota simple firmada.
Fue una etapa muy difícil, el tiempo pasó y la situación se fue complicando con factores como los asalto a las pocas unidades de reparto que nos quedaron, a la extorsión y al robo hormiga de los empleados, esto nos llevó a la insolvencia.
No tardamos mucho en solicitar una reestructuración del crédito al banco, pues nos fue prácticamente imposible pagarle los montos mensuales a que nos habíamos comprometido en el contrato y los intereses comenzaron a aumentar en forma muy alta. Con el pasar del tiempo el banco nos comenzó a hostigar con llamadas telefónicas a diario solicitándonos el pago y diciéndonos que nos embargarían. Situación que al final llegó.
Cuando fuimos notificados del embargo procedimos a ir al Puerto de Veracruz a ver nuestra situación bancaria. Ahí platicamos con la Contadora María Alejandra Cortizo González quien se desempeñaba como Subdirectora de Recuperación; ella nos explicó que la propiedad que ofrecíamos como pago al adeudo que se tenía con la Institución era de mayor valor a lo que se debía, pero que debíamos entender que EL BANCO NO DEVUELVE CAMBIO, que si entregábamos la propiedad sería tomada como pago y punto. Esa tarde regresamos a nuestro hogar muy desconsolados, tristes y preocupados, pero hoy doy gracias a Dios por ello.
En esos días de angustia recibimos una llamada telefónica de una excelente gran amiga para ofrecerme papel gris, que era un producto que nosotros le compramos durante muchos años. Nos pusimos a platicar, nos contamos las alegrías y las penas, le platiqué de mi problema del embargo bancario y me dijo que no me preocupara más pues tenía una solución; me comentó que ella se encontró en un problema similar y gracias a la ayuda del Barzón había logrado salir adelante. En ese momento se dio nuestro primer acercamiento con esta maravillosa Organización.
Fue tal su disposición por ayudarnos que inmediatamente nos comunicó con la Lic. Teresa Carbajal. Para el día siguiente mi amiga muy amable se ofreció acompañarnos a mí sobrina Ady y a mí a las oficinas del Barzón en la ciudad de Xalapa, Ver..
Algo que recuerdo muy bien son las palabras de la Lic. Teresa Carbajal: “El Barzón apoya pero se tiene que pagar, este es un trabajo en equipo”. El 18 de Mayo del 2015 llevamos la papelería que nos había entregado el Juzgado y a partir de ese momento el Barzón tomó nuestro caso en sus manos y empezamos una larga trayectoria entre llamadas telefónicas del banco a unos servidores y a su vez nosotros l Barzón; transcurrieron largo e interminables meses, pero poco a poco veíamos la luz, ya no estábamos solos y eso era también algo importante. Al hablar con la Licenciada siempre nos explicaba cómo iba el caso legal y que no debíamos preocuparnos, y efectivamente entrabamos en una calma que fue por la confianza que fue surgiendo a través del tiempo. En Marzo del 2016, después de una excelente ayuda legal y de la negociación realizada por el Barzón, celebramos un Convenio de Pago con la Institución bancaria, y de esa manera el primer pago abonado a nuestra deuda, ¡Fue un gran paso!
Los abonos que acordamos con el banco eran adecuados a la situación que vivíamos, no queríamos quedar mal después de tanto trabajo.
El 14 de Junio del 2016 logramos juntar dinero y así liquidar el saldo restante de la deuda que teníamos, por eso tuvimos que ir a Xalapa para que todo fuera registrado con el Banco ante el Juzgado, todo legal y en orden. Siempre acompañados por la Lic. Teresa Carbajal, quien nunca nos dejó solos, siempre estuvo con nosotros paso a paso, ¡Y qué bueno!, ya que nosotros pensábamos que con el hecho de pagar ya quedaría todo solucionado, pero no era así. Después de pagar hay un proceso en el cual el Juzgado debe dictar que ya todo está pagado, que no se debe nada y debe ordenar que se haga la cancelación del embargo, etc.
Hoy en día, ya con nuestra Carta Finiquito por parte del Banco, y con lo ordenado por el Juzgado librándonos de la deuda, estamos tranquilos, felices y muy agradecidos. Atrás quedaron esas noches de desesperación, desvelos y nervios. Todo esto pudo ser posible gracias a la intervención del Barzón, es por eso que espero que nuestro testimonio ayude a todas las personas que como nosotros, estén atravesando por una situación similar, que sepan que sí se puede, que hay una Organización que nos respalda a los deudores de buena fe; porque bien dice el Barzón “debo no niego; pago lo justo”.

Mi problema de Hipoteca se da con el Banco Santander.
Después de terminar de construir mi casa-habitación en mayo del 2014, mi familia y yo comenzamos a habitarla y los pagos se iban efectuando de manera normal; sin embargo llegó un momento donde empecé a retrasarme con algunos pagos y a finales de año ya tenía una pequeña deuda por lo que el Banco ya no me recibía pagos en la ventanilla y derivado de eso tenía que checarlos con alguna ejecutiva.
Terminaba el año 2015 con más de 12 meses de atraso en los pagos al Banco, entre más pasaba el tiempo más difícil se me hacía y más deuda era la que se acumulaba. Todo ese estrés se veía reflejado, además de mi entorno familiar, en mi situación laboral pues me encontraba con un 70% de productividad, no estaba concentrado de solo pensar día y noche con el problema que tenía. Lo más grave de todo, repito, era la situación familiar, ya que el ambiente estaba muy tenso, a punto de reventar.
El pasado mes de Junio del año 2016 me llego una demanda por parte del Banco Santander donde me reclamaban el pago total de la deuda que tenía con ellos, acompañados de todos los cargos de ley (capital de $800,000.00 más intereses de $300,000.00), ¡Que experiencia tan incómoda!, tocaron la puerta como a las 10:00 p.m., desde luego que no abrí, esta persona dejo el bonche de documento sobre la entrada de la casa. Al asegurarnos mi esposa y yo de que se retirara la persona, procedimos a abrir y recibir el papel. En ese momento ya me sentía muy presionado. Para los siguientes días y semanas desesperadamente fui buscando a alguien que me pudiera apoyar, asesorar, etc. Fui a la Comisión Estatal de Derechos Humanos en la Ciudad de Xalapa, Ver., y me atendieron sin esperanza de solución, ahí vi un letrero del Barzón, apunte el número telefónico y llame al día siguiente. Me respondió la Lic. Teresa Carbajal quien inmediatamente me agenda una cita, la cual acudí en el mes de Agosto 2016.
Lo primero que vi al llegar a las oficinas del Barzón fue un letrero que dice: “Tus problemas de deuda si tienen solución, DEFIENDE TU PATRIMONIO”, me dio ánimo y me dije si se puede, se tiene que poder.
Inmediatamente me recibió la Lic. Carbajal, le platique detalladamente la situación de mi problema y con toda seguridad y confianza me explico el proceso de la situación. Sentí una tranquilidad y una pequeña luz al fondo del camino. Ese día, recuerdo muy bien que al salir de esta oficina sentí una esperanza y confianza en mí mismo.
De las decisiones más firmes y seguras fue cuando el cuerpo jurídico me invito a enfrentar la situación con el contacto legal de la institución Bancaria, había que ir a Veracruz Puerto, al Departamento Jurídico. Ya en Septiembre del mismo año. La cita fue a las 10:00 am donde para mi sorpresa fuimos atendidos muy bien ya que la Lic. Carbajal conocía el contacto y ellos, a su vez, conocían la manera de trabajar de la organización; aunque la situación era de exigencia se logro un acuerdo para que el caso se quedara sin pasar a otra instancia.
También por la otra parte la demanda continuaba su proceso, entonces había que ir al Juzgado a declarar y entregar documentos y quien sabe que mas, en mi vida había estado en estos pasos, me sentía incomodo, me atacaban los nervios, pero siempre sentí el apoyo de mi defensora. Empezó la negociación de un acuerdo, teníamos varias opciones, conseguir otro préstamo, compra venta de cónyuge, o tramitar con Infonavit.
El tiempo seguía pasando para continuar con negociaciones y paralelamente atender la demanda en el Juzgado. Afortunadamente se vino el cierre de año y todo quedo en que salieron de vacaciones y por algunas semanas todo quedo parado.
Ya en febrero de 2017 se retomo el caso y ya teníamos una fecha para cumplir con la negociación propuesta
Finalmente fuimos con la última opción, el Infonavit. Durante todo el proceso la palabra clave que me decían en el Barzón era: “esto depende de ti”, había que tramitar varios requisitos, afortunadamente me atendió una ejecutiva en el Infonavit y me apoyo con los trámites y afortunadamente cumplí en entregar todos los documentos que me solicitaban como requisitos.
Ya teníamos una fecha límite de pago en el mes de Mayo 2017 con el Depto. Jurídico del Banco. Parece que todo se está acomodando con la misma negociación pero la presión del tiempo cada vez era mas ya que las semanas estaban transcurriendo y la documentación de trámites son muy lentos.
Quiero manifestar mi enfermedad de pura presión, que ya no podía hablar, es increíble como es el cuerpo humano que todo se ve reflejado en la salud, con emociones y desalientos ya que de repente se atoraba algo y después esa pequeña luz se veía más grande de solucionar el asunto.
Para concluir se tenía que ir con el notario para notificar y cerrar el tema con el pago de Infonavit y otra parte en conseguir el efectivo de $ 200 mil pesos. Y la fecha ya estaba a una semana. Ese mismo día el contacto del Banco me condono 100 mil pesos ya para cerrar el caso en una cantidad de 700,000.00 (600,000.00 con Infonavit y 100,000.00 en efectivo con un préstamo personal de mi cuñado), eso más 16,000.00 que finalmente son honorarios del notario (después de un descuento de 5,000.00) que tenía que conseguir de un día para otro, de lo contrario se corría el riesgo de cancelar la negociación y echar todo el proceso para atrás.
Al siguiente día Infonavit aprueba el trámite y mi cuñado me presta el efectivo que justo hacía falta, se deposita y se firma con el notario después de conseguir sus honorarios.
No podía creer lo que había pasado, todo el pesar, el desánimo, la culpa y frustración que venía cargando se habían ido. Al fin mi casa volvía a ser mi casa.
Con esto quiero decirles que sí se puede, con voluntad, trabajo en equipo y un buen cuerpo jurídico como es el del Barzón. Gracias a mis compañeros Barzonistas por nunca dejarme caer, por siempre animarme a salir adelante, gracias al Barzón.

Los bienes materiales son de gran utilidad para solucionar en un momento determinado grandes problemas, aun siendo el patrimonio familiar. Hago referencia a lo anterior ya que en el año 2010 mi esposo y yo nos vimos afectados por problemas sociales, que hasta el día de hoy, se viven en esta mi ciudad, Banderilla, por lo que nos vimos obligados a recurrir a la hipoteca de nuestra casa con banco Santander Serfin.
Al paso del tiempo nos vimos presionados por la crisis económica y aún víctimas de la injusticia de la sociedad se nos hizo imposible cubrir los pagos mensuales pactados con dicha institución financiera, ya que en esos momentos no teníamos solidez económica que nos permitiera hacer frente a los compromisos que teníamos, por lo que no era posible negociar alguna opción de pago, haciendo que simplemente cayéramos en cartera vencida.
En una ocasión intentamos llevar nuestro caso con un buffet jurídico, pero el factor económico fue nuevamente un impedimento para lograr salir adelante. El día 14 de Agosto me entero que mi casa va a salir a remate por lo que acudo al Barzón. Afortunadamente ahí nos despejaron todas las dudas y miedos con los que llegamos mi esposo y yo.
Es importante recalcar que esto es un trabajo en equipo que se hace junto con el área legal; mi esposo y yo trabajábamos arduamente para conseguir el dinero necesario para pagar. Cuando ya estábamos en posibilidades de negociar, se da la venta de un paquete de cartera vencida de Santander Serfin a otra financiera, en donde iba incluida nuestra propiedad; esa cuestión alargó aún más la travesía que veníamos recorrimos.
Hasta que en agosto del 2016 se obtienen datos contundentes como lo fueron el nombre y la ubicación de la financiera a la que se le habían cedido los derechos de la cartera, gracias a eso logramos contactarnos con ellos y pudimos solicitar el costo total para poder finiquitar esa deuda, después de semanas de negociación por parte del Barzón RC y la financiera, se logró llegar a un acuerdo, el cual nos sorprendió gratamente ya que se trataba de solamente el 60% de lo que en un principio querían cobrar, no lo podíamos creer.
Por eso no nos cansamos de dar las gracias por todo el apoyo que nos brindaron tantos nuestros compañeros Barzonistas, como la Asociación misma. El día de hoy hemos dejado atrás aquellos días que veíamos oscuros, hemos logrado ya liquidar nuestra deuda pagando lo justo, obteniendo así la cancelación de nuestra hipoteca y del embargo.
G R A C I A S.

Mi historia se remonta a principio de los 90’s, mi esposo trabajaba con créditos bancarios para la ampliación de su negocio de refacciones en el norte del Estado de Veracruz. Decidimos construir un hotelito, el costo se elevó más de lo presupuestado por lo que solicitamos un crédito hipotecario y también utilizamos nuestras tarjetas de crédito para poder concluir el proyecto, todo iba bien hasta que nos alcanzó la crisis de 1994, se abonaba a los créditos pero no se lograba reducir la deuda puesto que los intereses eran altísimos y no lográbamos abonar al capital, así la deuda se había hecho impagable.
Los negocios bajaron sus ingresos porque a todos nos “pegó” la crisis. La refaccionaria se estaba quedando sin mercancía. Un día un proveedor le aconsejó a mi esposo que dejara de pagar al banco porque nos íbamos a quedar sin negocio y le recomendó que se afiliara al Barzón el cual estaba iniciado precisamente debido a esa crisis. Así lo hizo y cómo barzonista de ese tiempo le tocó apoyar a compañeros en plantones y tomas de bancos siempre luchando con el lema ” debo no niego, pago lo justo”, en febrero de 2000 debido a esa horrible enfermedad que es el cáncer, mi esposo falleció, y me vi sola luchando por el patrimonio de mis hijos.
Ahora era yo quien apoyaba a los compañeros yendo a plantarnos donde fuera necesario. Para el mes de junio del año 2000 comenzó a haber resultado de diálogos con autoridades, y el primer caso en resolverse fue el mío, pagué mi hipoteca que hasta entonces yo sabía era la que tenía demanda pensando que con eso había terminado mi problema y me sentía muy feliz y segura. Pero resultó que años después al presentarme al Registro Público de la Propiedad de aquella Ciudad, me entero que tenía ¡CUATRO JUICIOS DE EMBARGO! por las Tarjetas de Crédito, dos de Bancomer y dos de Serfín (hoy Santander); en esos días me llegó una propuesta de pago de Serfín y la acepté, pagué y me enviaron las cartas finiquito de dichas tarjetas, en ese tiempo yo ya había regresado a la Ciudad de Xalapa, me dirigí a la sucursal de Bancomer donde me habían otorgado las tarjetas y nadie supo decirme con quién o a dónde debía acudir para liquidarlas, tampoco me daban una solución. Los compañeros barzonistas que me habían ayudado ya se habían desintegrado, pues todos habían resuelto sus casos. En el Registro Público de la Propiedad me dijeron que con las Carta Finiquito no era posible cancelar un juicio y/o embargo y que Serfín tenía que enviar un documento donde se desistía de la demanda, por lo que me volví a presentar al banco y ahí me decían –nuevamente- que no podían ayudarme.
Pasaron los años y yo no sabía qué hacer ni a quién acudir, ya había perdido esperanza de resolver esto, no dejaba de preocuparme la situación pero también en ese tiempo mis hijos estaban estudiando la universidad y mis recursos no daban para movilizarme en trámites sin resultados. Cuándo ellos terminaron decidí que tenía que encontrar a alguien que pudiera ayudarme, ya que en el caso de la hipoteca el Barzón me guío y ayudó; por medio de internet busque “Barzón en Xalapa”, con la bendita fortuna encontré que sí existía una asociación barzonista aquí, me puse en contacto con la Lic. Tere Carbajal en marzo de 2012, estaba dispuesta a participar como se me indicara, a plantarme en los bancos y luchar como en un principio lo había hecho, sin embargo ella me explicó que ya no era de esa manera que se obtenían soluciones actualmente en el Barzón, desde un principio me dio esperanzas de solucionar mi caso y aunque yo no entendía bien lo que se debía hacer, ella con su paciencia y conocimiento me explicaba, comenzamos con la serie de largos trámites, idas y venidas al norte del Estado, efectivamente tenía juicios por tarjetas de crédito -cosa que ahora al parecer ya no es tan frecuente-, y Serfín solamente reconocía el pago de una tarjeta.
Mi caso ya tenía muchos años pero ahora no me sentía sola, al asistir a las reuniones veía una gran familia con problemas como el mío luchando para solucionarlos. Finalmente el 4 de julio de 2013 gracias a la ayuda del Barzón y a los conocimientos y profesionalismo de sus Asesores Jurídicos, se logró la solución de mi problema y me entregaron el certificado de NO GRAVAMEN y con él la paz y tranquilidad para mis hijos y para mí, ¡Mil gracias!

Mis problemas de deudas comenzaron, de manera principal, por cuestiones familiares; altos y bajos en vida me llevaron a realizar retiros de una de mis tarjetas de crédito para pagar el mínimo de las otras. Esta situación, la cual se vio prolongada, llevó únicamente a la acumulación de los intereses, sumando además que cada día me endeudaba más y pagaba menos debido al alto pago mínimo que se me requerían.
Esta situación, como hilo de media, se fue de corrido. Empezaron a llegar a mi casa documentos de las Instituciones bancarias en donde pedían el pago, acto que fue la consecuencia de dejar de pagar no por ser deudor de mala fe, si no por no contar con la solvencia económica necesaria para cubrir los pagos de las tarjetas que tenía. Con la llegada de esos documentos empezó mi viacrucis, estos contenían amenazas de embargo con el uso de la fuerza pública; por si fuera poco realizaban llamadas a altas horas de la noche, ya casi en la madrugada; mi esposa y yo ya no lográbamos conciliar el sueño, habíamos perdido de manera total la tranquilidad y la paz que teníamos años atrás.
Como todos saben la desesperación es una mala consejera, y la mía era de proporciones inimaginables. Con el temor que traía arrastrando y el juicio totalmente nublado hice lo que no se debe hacer, hipoteque mi casa con la esperanza de poder liquidar la totalidad de mis tarjetas; sin embargo no contaba con la cantidad desorbitante de intereses. Únicamente logré pagar una sola tarjeta, la de Serfín. Quedando con la deuda de dos tarjetas y la hipoteca de la casa a 10 años.
Un día mi esposa, quien ha sido mi mayor apoyo en esta situación, caminando por la calle vio la publicidad del Barzón y de inmediato me comentó que fuéramos, algo bueno podría salir. A los dos días acudimos a las oficinas del Barzón para una asesoría; tuvimos el encuentro primero con el área de asesores jurídicos quienes nos orientaron con paciencia y mucha claridad respecto a nuestra situación y a la estrategia de debíamos seguir, despejando todas y cada una de las dudas que teníamos, aunque más que una asesoría fue una plática y no una cualquiera, una muy amena y que logró tranquilizarnos, devolvernos la paz que pensamos nunca más volveríamos a tener.
El Barzón es de resistencia, pero no cualquier resistencia, si no de resistencia civil. Cuatro años después de ingresar a esta gran Asociación Civil llegó la tan esperada oportunidad de pagar otra más de las tarjetas, en esta ocasión la de Banamex, tarjeta que debido a los altísimos intereses que manejan la deuda se había vuelto de cientos de miles de pesos, una cantidad impagable e impensable, pero gracias a la negociación del Barzón a través de sus abogados ¡Se dio la oportunidad de pagar tan solo el 4% de dicha cantidad! llegando a los 15 días después del pago mi Carta Finiquito en donde me informaban que estaba liquidada al fin de esa deuda.
Como bien dice el lema del Barzón RC “debo no niego, pago lo justo”, paralelo a la negociación con los bancos lo cual es parte de la Asociación, nuestra tarea como deudores insolventes es ahorrar. Ahorrar para que, cuando sea el momento oportuno, podamos liquidar nuestras deudas de acuerdo a las oportunidades de pago que el banco y el Barzón RC negocian.
Cuando ya estábamos con un “colchón” para liquidar nuestra última tarjeta, tuvimos unos problemas en nuestra casa. Ese problema fue con la instalación de la casa, fue algo con lo que no contábamos y por ello tuvimos que tomar dinero de lo ahorrado para la solución de los detalles del hogar. Como bien digo era una situación con la que no contábamos pero que no nos desanimó. Nos mantuvimos unidos y gracias al apoyo del área jurídica y de negociación y de todos nuestros compañeros del Barzón, fuertes para lo que viniera.
Y como bien dicen “año nuevo, vida nueva”, aunque en nuestro caso sería oportunidad nueva. Después de años de espera por fin lo soñado, la oportunidad de liquidar nuestra última tarjeta: BBVA Bancomer. Nos llegó una propuesta, era de verdad una buena propuesta y de inmediato los abogados del Barzón hicieron el contacto obtuvieron el convenio por escrito para que pudiéramos pagar con seguridad, “otro gol” más para El Barzón que logro defender nuestros derechos y ayudarnos a por fin salir de las deudas.
Al día de hoy ya me encuentro libre de deudas de tarjetas, tengo la paz y la tranquilidad que todos nosotros -deudores insolventes- merecemos. El Barzón me ayudó, además, a tener una educación financiera sana, me dio las armas necesarias para no volver a caer en el juego de las grandes instituciones bancarias, me ayudo a conocer mis derechos.
Muchas gracias al Barzón RC, a todos mis compañeros afiliados a la Organización que siempre me mostraron su apoyo y su solidaridad. Y en especial a la Lic. Tere por sus consejos, por sus palabras de aliento, y sobre todo por nunca dejarnos solos en este camino, y por creer en mí siempre.

El Barzón me ha devuelto la tranquilidad y la dignidad como ser humano, y la cordura y la confianza en mí, al orientarme, apoyarme y resolver mi problemática de deuda con los bancos, y todo esto como ya es característico, bajo el marco de la Ley.
Ahora ya no soy la misma persona que llegó devastada, ‘arrastrando la cobija’ por la situación que en ese momento estaba viviendo. Ahora reconozco que soy una ciudadana Barzonista doblemente agradecida con Dios y con quienes integran el Barzón, por haberme enseñado “que no somos delincuentes” solo somos “deudores insolventes”, y así recuperé mi dignidad; me dieron apoyo moral, cariño y respeto durante todos estos años que permanecí con mis amigos Barzonistas, y siempre los llevaré en mi recuerdo con mucho respeto y agradecimiento.
Existe un refrán muy sabio que a la letra dice: Dios hace las cosas para mejor, o sea, no hay mal que por bien no venga.
Nunca antes comprendí a fondo el significado de ello; yo en lo particular tuve que tocar fondo cuando por causa de mis deudas de Tarjetas de Crédito, deudas que se convirtieron en impagables debido a mi mala educación financiera y mal manejo de ellas, y por situaciones que, como en la mayoría de las personas solo pensé en solucionar endeudándome más y más, puesto que ‘hacia un hoyo para tapar otro’; llegando el momento de perder el rumbo y viéndome atrapada en una burbuja de confusión, sin saber qué hacer ni a quién o a dónde acudir para salir de ello cuando los Bancos ya me cobraban intereses altísimos, ya ninguna quincena me alcanzaba; en conclusión, el panorama era totalmente confuso y obscuro, llevándome de frente a mis hijas.
Hoy agradezco a Dios que hubo una persona –mi hermana Carmen- que me escuchó y me guio hasta aquí, El Barzón RC, me dijo: Hay un lugar donde te pueden orientar para que pagues lo justo, ya que nuestro lema es “Debo no niego; pago lo justo”; y debo de confesar que tanta era mi ignorancia, ceguera, confusión y además desconfianza que tardé casi un año para decidirme a llegar hasta aquí, ya que sólo tenía presente al escuchar la palabra Barzón a personas a caballo en el Zócalo de México o haciendo manifestaciones en la Plaza Lerdo desvistiéndose o quemando tarjetas de crédito.
Pero mi situación fue tan insostenible que llegó el momento que en que tuve ‘el agua hasta el cuello’ –literalmente-, ya estaba enferma de la presión, neurótica, con insomnio y un mes antes de mi ingreso al Barzón, diagnosticada de diabetes. Además confieso que yo fui de las personas más incrédulas, ¡no creía que mi problema fuera a ser solucionado por nadie en el mundo!
El Barzón existe para beneficio de todos nosotros, y especialmente de aquellas personas que están allá afuera y que necesitan urgentemente de llegar aquí, que están sufriendo solos y desamparados, devastados y confusos sin saber la manera de llegar a nosotros para poder salvar su patrimonio familiar, así como estábamos todos nosotros antes de llegar aquí al Barzón, al que gracias a Dios de una u otra manera guio nuestros pasos hasta este lugar.
Infinitas y mil gracias a la Licenciada Teresa Carbajal, coordinadora general del Barzón, así como también a toda el área jurídica, a los consejeros, y a todos mis compañeros por su tiempo, paciencia, apoyo, orientación y comprensión para mí persona y para la solución total y absoluta de mi caso.

Quiero compartir con ustedes mí caso referente a una demanda mercantil que viví por haber firmado un pagaré por 80 mil pesos, con lo que comprometí sin saber, la propiedad de mi esposa, inmueble que además era también de su hermana (copropiedad), y razón por la que yo creí, que no estaría en riesgo ni se afectaría ya que mi esposa no era la dueña total de esa vivienda, pero no fue así.
Todo inició cuando por necesidad contraje un préstamo en abril del 2011, por un monto de 80 mil pesos a pagarse en un año. Donde fui abonado tanto a capital como a interese. Pagué todo cuanto me fue posible por mi situación económica, pero ¡cuál sería mi sorpresa! que tres meses después de que venciera dicho plazo, en abril de 2012, fui demandado por mi acreedor, y en septiembre de 2012, fui emplazado a un juicio mercantil.
Ante dicho juicio, opté por buscar a quien me pudiera ayudar legalmente con ese litigio encima; primero, fui con unos abogados del PRI y me dijeron que no me preocupara, que no pasaría nada, pero como no quedé satisfecho con esa recomendación busqué otros abogados. Me aconsejaron que fuera al Despacho Jurídico Gratuito que tiene la Universidad Veracruzana (UV). Esta vez me dijo uno de los licenciados de la UV que mejor no contestara la demanda y que fuera a buscar a la licenciada que llevaba el caso de mi prestamista para que llegáramos a un acuerdo; así lo hice, pero el monto que me pedía que pagara rebasaba mi capacidad de pago, y era mucho más elevado y lejano de lo que era un pago justo. Además, para mi infortunio, por esas fechas tuve un accidente y eso propició que mi capacidad de pago se viera más disminuida.
Todo esto se agravó, ya que no podía pagar y no había logrado contestar legalmente la demanda, por lo que el juicio pasó a la etapa de remate casi en automático, por no haber contestado la demanda se me declaró en rebeldía en el año 2013. Fue así que embargaron la casa de mi esposa, pues fue un grave error de mi parte pedirle a ella que firmara dicho pagaré como mi aval. Hoy comprendo que cuando alguien es aval en un préstamo, automáticamente esa persona es responsable totalmente de ese compromiso, por el simple hecho de haber proporcionado su firma y datos personales. Pero la situación era más complicada aún, ya que como mencioné al principio, mi esposa es copropietaria de esta casa, su hermana es la dueña de la otra mitad ya que así lo habían heredado ellas. Entonces, estaba en riesgo la otra parte de la propiedad de mi cuñada, persona que nada tenía que ver con mi deuda y ella, obviamente no quería perder por ninguna razón su casa.
Luego se fue a subasta la propiedad, fue cuando me decidí y entré en contacto con el Barzón de Resistencia Civil Estado de Veracruz, ya que antes de que se publicara el Edicto de remate, ya me habían recomendado a esta Organización, pero no me decidía a contactarlos. Sin embargo, al tener encima el remate y segura pérdida de esa propiedad como fui al Barzón. Ahí el cuerpo de abogados de esta Organización, encabezado por la Lic. María Teresa Carbajal Vázquez, estudió mi caso, pues para estas fechas, las cosas ya estaban en una etapa muy crítica y desesperante para mí, pues sin querer había comprometido a mi cuñada que nada tenía que ver con mi deuda.
Tras un intenso trabajo del cuerpo jurídico del Barzón RC, fue que logramos un acuerdo para poner fin a toda esta compleja demanda y fue como se negoció un pago mucho menor en relación al que me querían cobrar, para que me devolvieran el pagaré que había firmado cuando contraje la deuda.
Realmente fueron muchos meses que viví en medio de la zozobra, perdí mucho tiempo consultando otros abogados, hasta que gracias al Barzón RC, pude salir a flote en este grave problema, recupere mi patrimonio y recuperé mi tranquilidad, gracias a esta gran Organización.

Nosotros somos propietarios de un negocio dedicado a la compra y venta de materiales reciclables, así como la realización de diversas maquilas a base de papel.
Por un mal manejo de pagaduría por parte de empleados deshonestos, nos vimos envueltos en una demanda de cobro por una compañía trasnacional productora de papel, adeudo que con intereses más costas y gastos del juicio, en dos años alcanzó la suma de 978 mil pesos.
En un principio contratamos a un “prestigioso” despacho de abogados en la Ciudad de Córdoba, Veracruz quienes nos engañaron diciéndonos que no nos preocupáramos, que todo iba bien y que tenían una estrategia mediante la cual se iba a resolver a nuestro favor el caso, pero pasó así más de un año. Mientras tanto, nuestro caso llegó hasta el Tribunal de Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF).
Grande fue nuestra sorpresa cuando el 02 de junio de 2014 salió publicado en un diario local un Edicto de Remate en Primera Almoneda, respecto a nuestra casa, a efectuarse el 26 de junio de 2014, con lo que pretendía la empresa mencionada cobrarse el adeudo referido.
Obviamente, de inmediato les reclamamos a los abogados de Córdoba, pero nos dijeron que había que esperar hasta la fecha del remate y realizar una oferta. Nuevamente que “no nos preocupáramos…”.
Por esos días, nos llegó una carta del Barzón de Resistencia Civil, donde se nos ofrecía ayuda para resolver nuestro problema de remate, aun con lo avanzado que ya estaba el caso por la falta de una defensa adecuada.
Hicimos contacto y nos reunimos en Xalapa, Ver., con el cuerpo de abogados del Barzón A.C., encabezados por la Lic. María Teresa Carbajal Vázquez. Entregamos toda la información que poseíamos del caso, posteriormente nos acompañaron a la ciudad de México para obtener copia del expediente, cuatro días antes de la fecha del remate en primera almoneda en el TSJDF. También, el mismo día y momentos previos al remate, se procedió a dar de alta a la Licenciada Carbajal Vázquez como nuestra representante legal, de ahí en adelante.
Por fortuna, la audiencia de remate en primera almoneda se declaró desierta, a partir de entonces con la gestión y asesoría del cuerpo de abogados de Barzón RC se comenzó realmente a tener negociaciones con la empresa que nos demandó, entre las que destacan:
➢ Posponer, primero al 30 de septiembre y después hasta el 03 de noviembre de 2014, el juicio ejecutivo mercantil en segunda almoneda.
➢ Convenio de pagos.
➢ Reducción del 49% del total demandado, al realizar los pagos en tiempo y forma.
➢ Cancelación y levantamiento del embargo en el TSJ del DF el 21 de enero de 2015.
➢ Cancelación del embargo trabado en autos en el Registro Público de la Propiedad y de Comercio de Córdoba, Veracruz; el 28 de Mayo de 2015.
Finalmente, después de seis meses de negociaciones, quedó libre de la amenaza de pérdida nuestro patrimonio, razón por la cual hacemos patente y ratificamos nuestro agradecimiento para su organización, El Barzón de Resistencia Civil, gracias a su gestión oportuna y contundente, que desde nuestro primer acercamiento, sentimos una total confianza, misma que fue creciendo al comprobar el profesionalismo y eficaz orientación, en el manejo de nuestro caso, por parte de sus abogados, hasta llevarlo a un feliz término.

Lo que a continuación les narraré fue mi amarga experiencia por pedir dinero a través de un crédito grupal, y nunca imagine que algo simple se convirtiera en gran problema legal que hizo que estuviera a punto de perder aparte de mi patrimonio familiar, mi salud y a mi familia.
A principios de mayo de 2012, una vecina me invitó a que en conjunto con un grupo de mujeres solicitáramos un crédito grupal a conocida financiera que opera aquí en la ciudad de Xalapa, Veracruz, bajo la figura legal de SOFOM E. N. R. que se dedica al préstamo de créditos grupales, no se trataba de un préstamo por una cantidad fuerte lo que yo necesitaba y ofrecían pagarlo por semana. En ese momento pensé que así podía impulsar mi modesto negocio de venta de zapatos por catálogo; al principio sólo iba a escuchar las pláticas que esa Financiera daba en el domicilio de mi vecina, pero por la esperanza de obtener un préstamo acepté integrarme al grupo de señoras. Las otras señoras eran vecinas de una calle cercana a mi domicilio, las conocía sólo de vista, y sólo recuerdo que el nombre del promotor de los créditos era “Osvaldo”. Los préstamos se otorgan por ciclos, y para ello debes pagar un diez por ciento de la cantidad prestada y presentar copia del recibo de luz y agua como comprobantes de domicilio.
Primero contraté un crédito por 5 mil pesos, y lo pagué en 16 semanas, sin contratiempos. Luego venía otro ciclo y el promotor nos ofreció otro crédito, ahora solicité 10 mil pesos y en conjunto con el resto de las señoras, como quince, nos prestarían 164 mil pesos, todo bajo la misma mecánica, se nos citó para firmar un contrato y unos pagarés, el promotor me dijo que no me preocupara que al fin ya sabía cómo se operaba y que no me entretuviera leyendo los documentos puesto que tenía él mucha prisa por recabar las firmas de las otras señoras, así fue que por necesidad e ignorancia de mi parte y el abuso por parte de este señor firmé cuantos documentos me pusieron enfrente, obviamente sin que me dieran copia de lo que firmé. Nos dijeron que en unos días saldría el cheque vía Bancomer, que no se sabía cuál era la suma exacta, pero entiendo que sí hubo algún problema porque no salió el monto por el que había firmado el pagaré, sólo me dieron un cheque a mi nombre por 10 mil pesos. Suma que igualmente pagué en las 16 semanas pactadas, por motivos de salud yo dejé de asistir a todas las juntas, sólo en la última vi al mencionado promotor, quien me dijo que me haría llegar mi carta finiquito para que no hubiera problemas.
Sin embargo, en el mes de junio de 2014, se presentó en mi domicilio particular un representante de la Financiera, quien de forma prepotente y grosera me exigía el pago de una deuda por más de 268 mil pesos, yo le dije que quizás había una equivocación y él me dijo que si no pagaba hasta podía meterme a la cárcel ya que él era abogado y quiso mostrarme unos vídeos que me negué a ver, pero se escuchaba gente llorando y que así me iba a ir a mí, pues era verdad que me metería a la cárcel pues él tenía documentos firmados por mí y que hiciera lo que hiciera o fuera a donde fuera, de todos modos debía pagar los más de 200 mil pesos mismos que con intereses a esa fecha ya sumaban más de medio millón de pesos.
Luego de esto fui a la Financiera, intentando explicar que yo había pagado mi préstamo, pero me dijeron que buscara a las otras señoras y les cobrara, pero que aún así no me darían mi carta finiquito. Hasta que pagaran todas ellas, o bien que yo pagara el monto total del adeudo. Durante un tiempo me dediqué a buscar a estas señoras sin ningún éxito, pues hasta entonces me percaté que de ninguna tenía el nombre completo y mucho menos el domicilio.
Nunca encontré a ninguna de las integrantes del grupo, por lo que al paso del tiempo el pasado 9 de diciembre se presentó ahora un Actuario Judicial para notificarme que tenía una demanda por adeudo de 268 mil pesos, que amparaba un pagaré que yo había firmado el 8 de marzo de 2013, más intereses, monto que le dije a dicho licenciado que yo no reconocía, y que tal vez había un error, pero al no considerar mi negativa, optaron por pedirme que señalara bienes de mi propiedad para asegurar el pago de este monto, yo le dije que no tenía bienes y que en todo caso el acto ameritaba que yo hablara con mi abogado, por lo que procedieron a realizar un embargo de todas las cosas que estaban a la vista de ellos y señalaron incluso algunos vehículos que no son de mi propiedad ni de mi familia, lo que sucede es que mi esposo es mecánico automotriz y tenía unos automóviles en reparación, por lo que procedieron a embargarlos, así como dos rotoplás, un televisor, y hasta la casa que yo habito. Finalmente me concedieron 8 días para comparecer ante en el Juzgado que tramitaba la demanda.
Todo esto no lo podía creer, pero estaba en un grave problema pues mi situación económica es muy limitada como para pagar un monto de esa magnitud y que además yo no debía y mucho menos había yo tenido en mis manos.
Fue así como recurrí a mediados de diciembre de 2014 al Barzón RC lugar en donde me atendieron los abogados a quienes expuse mi caso; lo primero que me pidieron fue algún tipo de documento o contrato que probara lo dicho en la demanda o recibos de los pagos que yo había hecho, de lo cual como ya mencioné antes, no tenía copia de nada, pues la financiera nunca me dio nada, ni copia del pagaré por dicho monto. Tampoco sabía nada de las otras señoras, de las cuales ahora me daba cuenta que había quedado yo como aval de dicho préstamo y que obviamente ellas nunca pagaron.
Al no poseer ningún documento, mi abogada me dijo que debíamos ir a la Financiera para obtener el contrato del préstamo o algún documento. Ahí nos atendió un abogado y llamó al primer abogado que había ido meses antes a mi domicilio y de forma grosera y prepotente nos dijo que no nos daría nada, que hiciéramos lo que quisiéramos, que ellos así actúan y a ellos nadie les hace nada. Hecho que ahora sé que contraviene muchas disposiciones legales no sólo en materia de derecho mercantil, sino de ordenamiento del sector financiero.
Fue así, como mis abogados, luego de analizar toda esta situación solicitaron, en enero de este año, la intervención de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), Delegación Veracruz, para que dicha instancia le requiriera copias de todos y cada uno de los documentos que tuviera la SOFOM a mi nombre, asimismo una revisión a fondo de la operación de la entidad financiera.
En marzo, ya con copias de mi caso en manos del Barzón RC, y la intervención de la CONDUSEF, se logró que con un hábil sustento legal la demanda fuera tomando otro cauce, pues ante actos ilegales el Barzón RC lucha en contra de ellos. Al grado que en menos de tres meses, ahora la financiera se decía incluso “víctima” de nuestros argumentos legales, e incluso les costó una multa por más de 70 mil pesos por un desacato a comparecer, pues ya ven que ellos decían que nadie les hacía nada, pero esto no es así. Hasta que dicha Financiera al no ver otra salida, buscó una negociación y me hicieron una oferta, la cual ahora me parecía razonable, acepté y pagué sólo 15 mil pesos a principios de abril de 2015, suma que nada tenía que ver con el monto por el que me demandaron. Pagué lo justo.
Finalmente, debo decir que son muchas las experiencias que me quedaron tras el tiempo que viví muy angustiada con esa demanda, por un dinero que yo no debía, hasta que el Barzón RC, revirtió legalmente las cosas. Por ello doy testimonio y todo mi agradecimiento al Barzón de Resistencia Civil Estado de Veracruz A.C. y la Lic. Teresa Carbajal con su equipo de abogados, que hicieron posible ganar esta demanda, estudiando y agotando todos los cauces legales que daba el caso, al grado que se solicitó la atinada intervención de la CONDUSEF, a quien también agradezco su decidido apoyo.

Quiero compartir con ustedes, mi experiencia con un Juicio Civil en la ciudad de Poza Rica, iniciado en mi contra en el año de 2008. Todo inició al ser inquilino de una conocida Inmobiliaria que se dedica al arrendamiento de locales en plazas comerciales en esa ciudad, con quien celebré un Contrato de Arrendamiento por un tiempo determinado; al cumplirse el período pactado, me faltó pagar dos meses de renta porque ya no tuve solvencia económica para liquidar, por ignorancia legal creí que no habría problema, pero al paso del tiempo me interpusieron una Demanda. Ante lo cual acudí con un licenciado en Poza Rica, quien únicamente me decía que no me preocupara, que el caso lo tenía ganado, lo cual para mí era tranquilizador ya que esa inmobiliaria me pedía la cantidad de $134,000.00, monto que no podía pagar. Tras el paso del tiempo este licenciado me seguía pidiendo dinero para copias y gastos en Xalapa, más sus honorarios; pero ya habían transcurrido años y no tenía una respuesta definitiva; tuve que recurrir a otro licenciado para que revisara el caso y para mi sorpresa ya tenía un “Embargo Precautorio”. Al enterarme de esto, mi primera reacción fue cambiar de abogado pero para mí desgracia esta segunda persona resultó ser menos profesional que el anterior, le pague mucho dinero, y lamentablemente perdí el Juicio Civil Ordinario y me condenaron a pagar la cantidad ahora de $634,000.00 (Seiscientos treinta y cuatro mil pesos 00/100 M. N.)
Al no saber qué hacer presionado y desesperado, lo comenté con un amigo de mi entera confianza y me recomienda plantear mi situación al BARZON RC, para ver cuál era la solución más viable; así por medio de Internet pude localizar las oficinas en Xalapa, y en el mes de diciembre de 2014 me contacté con la Lic. Teresa Carbajal, quien de inmediato me dio una cita para revisar mi situación legal; ella después de haber estudiado mi caso me presentó la alternativas legales y de negociación con la empresa, opción sustentada legalmente que, en lo personal, vi como más viable y aceptable. Por lo que inició una negociación con el representante legal de la empresa y ahora mi apoderada legal, a partir de ese momento, la Lic. Teresa Carbajal, quien dio agilidad al proceso y sustento legal a mí defensa, ella obtuvo una cita previa con el licenciado encargado del embargo por parte de la empresa, en cuyo encuentro le ofrecí la cantidad de $100,000.00 para finiquito de la deuda total, propuesta que el licenciado de la inmobiliaria llevó a su empresa y daría la contestación posteriormente. Una semana después me respondieron que la empresa tenía una contra propuesta por la cantidad de $230,000.00, argumentando que me estaban cobrando sólo la tercera parte del pago ya condenado por el Juez; como ya les comenté mi situación económica no es muy solvente y hacemos otra contra propuesta con la cantidad mayor que pueda yo aportar, pidiendo prestamos en mi Familia logro reunir la cantidad de $150,00.00 y se le ofertamos a la empresa, a lo que la inmobiliaria nos da una cita para exponer el caso nuevamente.
Unos días más tarde recibo la llamada de la abogada Teresa Carbajal, quien me dice que nos aceptaban la propuesta por la cantidad de $160,000.00, ofrecimiento que acepté, logrando el finiquito de pago por la cantidad de $160,000.00 el día 10 de Febrero del 2015, por lo que quiero agradecer y reconocer infinitamente los excelentes servicios y atenciones que me brindó tanto la Lic. Teresa Carbajal, como el BARZÓN RC, ya que por el profesionalismo de mi apoderada legal pude concluir el Juicio en menos de 2 meses, con entera satisfacción y con un costo razonable, a diferencia de los otros licenciados que primero contraté, nada éticos y con quienes tardaron años con el caso, causándome grave perjuicio patrimonial, complicando mi situación más.

En el año 2002, adquirí un préstamo con un particular, por una necesidad urgente en la que me encontraba, el prestamista me dió la cantidad de $100,000.00 (Cien mil pesos 00/100 M.N.) a cambio de que le entregara las escrituras de mi casa y le firmara una hipoteca ante Notario Público, fue así que mi casa quedó hipotecada, mi meta era pagar ese dinero en un año, sin embargo cuando uno se encuentra en una “mala racha” los problemas aumentan en lugar de disminuir –fue mi caso- los años pasaron y la deuda fue creciendo pues el interés pactado al 7% mensual, mas el interés, sobre interés que me cobraba, yo trataba de pagarlo pero no lograba disminuir ni siquiera el interés mucho menos abonar algo a capital. Y así rebasado por la bola de nieve que para ese entonces ya eran los intereses, llegué al grado de pedir prestado únicamente para poder pagar, y hubo un momento de mi vida en el que tuve que decidir, sí seguir pagando intereses ó comer. Decidí, dejar de pagar.
Como era de esperarse al cabo de un tiempo fui demandado, no tenía dinero para contratar a un abogado que me defendiera, mientras lograba juntar algo para pagar, una amistad me recomendó a un abogado, éste me ofreció su “apoyo” dijo que tenía que pagarle tres mil pesos bimestrales para que no me desalojaran, pues me decía que mi caso estaba ya para desalojo, y así estuve pagándole los tres mil pesos por más de un año, nunca me presenté a las audiencias ni firmé ningún documento pues mi abogado me decía que no era necesario que él tenia unas amistades en el juzgado que lo tenían al tanto de todo, después lo supe, era mentira, nunca se presentó al Juzgado un solo documento de mi parte, perdí mi derecho al no haber acudido a las audiencias, y perdí la oportunidad de presentar una defensa adecuada, además de que la orden de desalojo también era mentira y fue para estarme sacando mas y mas dinero, y hacer leña del árbol caído .
Vencido, rebasado y totalmente desesperado porque sabía que no faltaba mucho para perder mi casa, no faltó quien me recomendara acudir a varias instancias de gobierno solicitando apoyo para resolver mi problema, instancias como: Reforma Agraria, PRI Nacional, Atención Ciudadana en México (Palacio Nacional), en aquél entonces al Gobernador Herrera, al candidato para gobernador Duarte y a unas oficinas que se publicitaban por televisión que ofrecían vida digna aquí en la Ciudad de Xalapa y a las Oficinas de FOVISSSTE en la ciudad de México en todos esos lugares repetí una y otra vez la misma historia que explicaba mi problema. Nunca fui escuchado. Ahora concluyo que mi historia es la de muchos afuera de esas oficinas, y uno más ni relevancia tiene. A pesar de ello, seguí adelante sin darme por vencido.
Para el año dos mil doce, el Diario de Xalapa marcaba -en su sección de avisos económicos- el fin forzado de mi problema con ésta fecha: “13 de abril del año 2012 a las diez horas” audiencia de remate de mi casa. El único bien que había formado parte de mi patrimonio; no puedo redactar en unas pocas líneas lo que sentí al leer esa convocatoria que ofrecía mi casa en subasta pública en cuando mucho la cuarta parte de su valor real, no puedo describirlo porque sólo de pensarlo vuelvo a sentir esa sensación de desmayo, tristeza, desaliento, vergüenza y quizá hasta de enojo conmigo mismo por haber llegado a esa situación.
Una carta de invitación a tomar las filas del Barzón como una opción de ayuda para resolver mi problema y rescatar mi casa, me pareció (después del largo camino recorrido) que en nada me ayudaría, sobre todo cuando compañeros de trabajo me decían que ahí estaban quienes no querían pagar, quienes arrancándose las ropas y cerrando calles pretendían resolver sus problemas de deudas, Dios quiso que no prestara oídos a esas voces y en el último intento desesperado y sin nada más que perder a dos días de la audiencia de remate me aventuré a integrarme al Barzón, de inicio fuí atendido por Abogados del Barzón, y acompañado a la audiencia de remate a la que acudieron no menos de 7 personas entre ellas un postor con sus abogados que veía en el esfuerzo de toda mi vida una posibilidad de inversión y con un billete de depósito adquiría el derecho a comprar mi casa, también asistió mi acreedor con sus abogados entre otras tantas personas más.
Un año y medio pasó mi caso fue resuelto a mi favor por el Tribunal Superior de Justicia del Estado de Veracruz, no sin antes pasar por amparos y Juzgados Federales, pagué capital y una parte razonable de los intereses: RESCATÉ MI CASA y recuperé mi dignidad. Éste fue el final.
En el Barzón RC nunca me dijeron que mi caso sería fácil, nunca me prometieron que ganaríamos, nunca me dijeron que no iba a pagar; pero sí, estuvieron conmigo en todas las audiencias, agotaron todos los recursos legales, se hicieron escuchar en todas las instancias, unas batallas las ganábamos y otras las perdíamos, pero al final de cuentas: GANAMOS, y eso es lo que importa. Qué decir de mis compañeros de militancia Barzonista si tuve en ellos, cada uno de los viernes que pasaron hasta el final, una palabra de aliento, de ánimo, un apoyo moral y desinteresado que nos hermanó por ser partícipes de problemáticas similares y dolores provocados por el mismo mal, la falta de liquidez y la voracidad de los acreedores.
Gracias a Dios, gracias a los compañeros del Barzón que día con día me apoyaron, y a su cuerpo jurídico. Hoy rindo este testimonio porque sé que afuera aún hay muchos “Carlos” perdidos, desorientados, desalentados a ellos les digo no están vencidos, aún pueden ganar, únanse al Barzón

El 11 de marzo del presente 2013, di por terminada una deuda hipotecaria que me tenía sumamente angustiado y en una zozobra permanente, situación que viví así por casi cinco años, en menoscabo de la estabilidad de mi familia y en deterioro de mí salud.
El hecho se remonta a febrero de 2007 cuando contraté un crédito hipotecario con el objeto de tener mi propia casa, las mensualidades con las que me comprometí eran muy elevadas, pero creí que era mi única vía para tener un bien raíz para mi familia.
El primer año, mes tras mes, pagué sin ningún atraso; pero ocurrió en mi empleo un cambio de administración en mayo de 2008, por lo que me degradaron y bajaron el sueldo. Ante esto, no pude pagar más las altas mensualidades a las que me había comprometido con Santander, lo primero que busqué fue reestructurar mi deuda para ampliar el plazo de la hipoteca de 15 a 30 años o 20 años, como me lo había ofrecido al inicio del contrato, pero la institución bancaría se negó siempre.
Caí en cartera vencida y de inmediato Santander me demandó el pago total de la deuda, evidentemente que no podía pagar el más de un millón de pesos que me habían prestado, por lo que en un proceso viciado, sin enterarme en tiempo y forma, mandaron a remate la casa en junio de 2011. Una semana antes me enteré de esta infartante noticia casi simultáneamente por dos instancia; la primera, un despacho de abogados que me brindaron disque apoyo siempre y cuando pagará de entrada más 30 mil pesos para iniciar una simulación legal, que sólo hipotéticamente detendría la subasta de mi propiedad, por lo que ese abogado me causó más desconfianza y desaliento que lo que se avecinaba a menos de una semana: verme lanzado y en la calle con mi familia. La otra instancia que también confirmó la Almoneda de mi casa fue El Barzón Resistencia Civil A.C.
Como a muchos compañeros barzonistas les debe pasar, en primera instancia el Barzón suena a resistirse, rebeldía y manifestaciones en las calles, pero en este Barzón las cosas son diferentes, me dijeron que estaba en mí decidir si quería salir legalmente bien de este problema o simplemente dejar que se fuera a subasta la casa e irme a la calle sin poder negociar nada con el inflexible cuerpo de apoderados de Santander. Esta disyuntiva, la hablé con mi esposa, ya que todos mis hijos son menores de edad y no tenían por qué enterarse de esta tensa situación, por lo que decidimos ponernos en las manos y conocimientos del Barzón Resistencia Civil A.C. y su cuerpo de abogados
El Cuerpo de abogados del Barzón estudió, a menos de una semana de la subasta, todos y cada uno de los términos con que estaban mandando a remate la casa. Así se llegó el día de la subasta y nos presentamos en el Juzgado estatal, junto con los abogados de Santander, y en una milagrosa y profesional defensa de los abogados del Barzón se logró anular la subasta, por varias irregularidades. Evidentemente que fue un gran triunfo, puesto que me permitió ganar nuevamente tiempo para buscar una solución a mi gran deuda y un acercamiento nuevamente con Santander para conseguir una solución.

Yo tengo casi un año de haber llegado al Barzón de Resistencia Civil A.C, tengo una deuda, por haber aceptado ser aval, pero gracias a Dios y a la intervención de los abogados barzonistas que hicieron hasta lo imposible por salvar mi patrimonio, hoy puedo decir que rescataron mi casa, hoy duermo tranquilo, mi propiedad ya se encontraba en remate y aquí pudieron rescatarla, es por eso que mientras Dios me lo permita estaré presente en esta asociación de resistencia civil.
Yo les pido que no lo piensen más, sí hay alguien que puede ayudarnos, sí existe una organización confiable y segura, vengan al “Barzón de Resistencia Civil Estado de Veracruz A.C ” y podrán resolver su situación bancaria de la mejor manera.

