DEBO NO NIEGO; PAGO LO JUSTO
Coyotes al acecho
Nuestros padres, abuelos y adultos mayores enfrentan una nueva amenaza: supuestos gestores que les ofrecen ayuda para obtener préstamos a “fondo perdido”; el requisito, tener una pensión jubilatoria o de viudez. Se trata de una nueva estafa o fraude que comienza como todo engaño: ganándose la confianza de las víctimas a quienes hacen plática y las escuchan con atención para conocer sus necesidades afectivas, emocionales y por supuesto económicas.
Tal parece que estos coyotes o estafadores han logrado ubicar círculos de reunión frecuentados por hombres y mujeres en edad adulta mayor jubilados, a los que se introducen mediante alguien conocido quien a su vez les presenta a más personas ampliando así la presencia en sus medios.
Después de analizar al grupo logran ubicar a los más vulnerables, viudas o viudos, aquellos que vivan solos o con alguna necesidad específica. Entonces se concentran en establecer una mayor proximidad; fingiendo algún afecto especial los extraen de su círculo y comienzan a citarlos en restaurantes o cafeterías para invitarles bocadillos y sostener largas charlas que se vuelven cada vez más confidenciales.
Los estafadores fingen revelar de su parte secretos, traumas o aflicciones propias para generar empatía en sus interlocutores y así comienza una amistad que terminará en delito.
Pues enseguida de ello les cuentan a modo de secreto que se han enterado de una oportunidad para obtener dinero y resolver así parte de los problemas que les afligen. Manejan el asunto como un “negocio” u oportunidad pues se trata de un dinero a fondo perdido que está etiquetado exclusivamente para pensionados y jubilados del que pocos están enterados.
Les piden para ese momento absoluta discreción y confidencialidad so pena de perder el apoyo. Haciendo hincapié en no revelar el ofrecimiento a sus hijos o familiares les piden llevar su documentación a la próxima cita de café.
Así se hacen de identificaciones oficiales como credenciales de elector (INE), clave única de registro de población (CURP), constancia de situación fiscal, tarjetones de pago o comprobantes de nómina, estados de cuenta bancarios, comprobantes de domicilio, actas de nacimiento, fotografías, copias de recibos prediales o escrituras que tengan a su nombre y desde luego muchas firmas originales.
Acorde con el más reciente testimonio recabado, estos ladrones toman fotografías de rostro completo y selfies de sus víctimas, a quienes les entregan documentos para firmar al tiempo que les graban un video para que no haya duda de que fueron ellos quienes de su puño y letra estamparon sus firmas o huellas digitales, o mientras sostienen sus credenciales de elector junto a su rostro.
¿Y qué es lo que hacen con todos esos documentos? Pues resulta que el dinero que dicen obtener de un “fondo perdido” en realidad proviene de financieras (sofomes) ante las cuales tramitan créditos a nombre de estos jubilados, aunque estos últimos nunca se presenten de manera personal a la financiera.
Una vez depositado el dinero en sus cuentas bancarias los acompañan al Banco para hacer el retiro y ellos toman por lo menos el cincuenta por ciento de cada préstamo. Al cabo de dos meses comienzan los descuentos de las financieras directamente al pago de sus pensiones, y es entonces que ante la sorpresa por el pago incompleto comienzan las investigaciones, hasta caer en la cuenta de que sus nuevos amigos dieron un mal uso a su información y abusando de su confianza obtuvieron dinero en su nombre, el que ahora tendrán que pagar con altos intereses y descuentos altos.
Según hemos notado, no se trata de una sola financiera involucrada en estos lamentables acontecimientos, y por seguridad de las acciones legales a emprender en dichos casos no es posible revelar el nombre de las mismas, pues no se descarta que personal de las mismas esté involucrado en esta red que tiene como blanco a nuestros mayores.
Es importante, sin embargo, la denuncia para prevenirnos; atención y cuidado en quienes puedan estar en riesgo de caer en estas redes. No deje entrar extraños a su vida y mucho menos les facilite información confidencial.
@terecarbajal