La pregunta que millones de mexicanos nos hacemos es cómo salir de deudas, así que ¡córrale, pero córrale, por lápiz y papel!
Hace ocho días le platicaba a usted sobre las frecuentes quejas que recibimos de personas que han sido víctimas de ladrones de la internet, mientras buscaban alternativas al insomnio que les produce el no poder pagar a tiempo y estar rebasados por los compromisos.
Ahora me resulta importante agregar sobre el punto en concreto, de cómo debemos hacer para salir de deudas con la moral íntegra y la salud emocional ilesa.
Nada fácil, sin duda, porque la respuesta que a coro nos darán quienes a Dios gracias en estos momentos están al corriente o nunca han enfrentado insolvencia es: pague.
Y sí, en efecto, la respuesta es pagar, agrego, pagar lo justo. El punto es cómo pagar si por ahora no tengo, y esta es la primera parte de la compleja respuesta, reconozca que no puede pagar, no por ahora.
Los esfuerzos que haga “jalando aquí-estirando allá” abriendo un hoyo para tapar otro, y así, lo llevará a un agotamiento mayor que solo acabará con sus fuerzas para dar una verdadera solución al problema.
Pedir prestado para pagar a alguien que no está dispuesto a negociar, a dar quitas, a dar plazos, a reconsiderar y valorar el esfuerzo que se hace por pagar, es sin lugar a dudas un error. Así que no cometa el error de querer satisfacer la ambición de un acreedor que nunca quedará satisfecho.
Segundo, haga una lista de todo lo que debe y de sus ingresos, valore qué es lo que no puede dejar de pagar y recorte en donde crea que están los excesos para dar un mejor uso a ese dinero.
Tercero, asesórese, por favor pida asesoría, quítese ese miedo, esa pena que siente y busque ayuda seria, venga al Barzón como primera opción. Hay que entender que la problemática que usted padece es social, es económica, y debe tener un abordaje legal de inicio, no se asesore en el café, porque puede tomar una mala decisión.
Ejemplo, no es lo mismo dejar de pagar una tarjeta de crédito que un crédito hipotecario, y no es cambiándose de banco como va a evitar que le descuenten de su nómina.
Hay muchos trucos, pero no serán la solución si tiene bienes o patrimonio familiar que ponga en riesgo, hay quienes dicen, no me importa yo no tengo nada a mi nombre.
Bueno, en estos últimos años se han dado a los acreedores herramientas legales que facilitan la labor de cobranza, como el embargo al salario o el congelamiento de cuentas bancarias, así que mejor no se arriesgue, puede ser que se lleve un buen susto con su único ingreso, o que comprometa a sus avales.
O que se constituya en un delito, como antes pasaba con el auto embargo y declararse en insolvencia, al cambiar de nombre las propiedades; a raíz de ello se legisló sobre la insolvencia fraudulenta en perjuicio de acreedores; mejor no se arriesgue.
Cuarto, concéntrese en trabajar, no le ha pasado que por estar pensando en todo lo que debe, ha dejado de hacer las cosas bien, de pensar en cómo mejorar su negocio, generando ideas para vender, bueno, pues eso es consecuencia de no saber qué hacer, de haber dado vueltas a un problema y no dejar de lado la angustia y la ansiedad de lo que va a pasar, pero sin poner manos a la obra para remediarlo.
Agradezcamos lo que tenemos, la familia, la salud, lo poco que nos ha dejado esta crisis económica sin precedentes, y volvamos a ser quienes éramos, créame le irá mejor de nuevo, el sol brillará de nuevo, no todos los días porque ya estamos en otoño, pero habrá vientos nuevos, verá claridad, y llegará el dinero que espera de la manera más inesperada; porque volverá a vivir con gratitud y esperanza.
Quinto, ¡defiéndase!, que si le llegan las demandas, los embargos, defiéndase, venga al Barzón, no se vaya a ir a poner de rodillas con el acreedor, es más fácil negociar cuando hay defensa, que cuando se está en la lona.
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@terecarbajal