Al problema hay que sumarle la gran cantidad de recortes y subsidios que ha venido padeciendo el campo mexicano, al grado que para que nuestro campo produzca se necesita de créditos; desde luego no son créditos sanos, imagínese nada más los créditos que da la banca privada o las financieras con tasas de interés altísimas que terminan por arrebatar las garantías líquidas y las tierras a los campesinos y productores. Son créditos que están hechos para robar, porque para colmo no se ha tomado el interés suficiente en el tema para analizar como vamos en materia de colocación de créditos y de cobros de tasas de interés, las que llegan a ser simplemente impagables, y a ese problema tampoco se presta atención, a pesar de ser un hecho notorio que la principal preocupación de los dueños de la tierra más que producir y aprovechar las tierras, es pagar la deuda.
Con datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) se ha exhibido en fechas recientes que la industria alimentaria es la tercera donde más aumento ha habido en los costos este año, llegando al 15.69 por ciento y eso se debe a que el procesamiento de los alimentos es de los sectores en donde ha habido más aumento de costos para los productores, pero también porque la cadena comienza en el sector primario o sea, el campo.
Más grotesco e indignante parece la forma de ‘guasa’ con la que se viene abordando el problema desde la Presidencia de la República, como cuando dice a las empresas que no se pasen, que le bajen a los precios, y amaga con citarlos para dialogar, como si quisiera trasladar a ellas la responsabilidad sobre el control de precios de productos finales y sus procesos.
¡No, no se vale!, no se vale porque si bien el mensaje va dirigido para los más vulnerables, lo cierto es que este sector social es precisamente el más desprotegido y vulnerable al alza de precios que genera la inflación y la carestía, encontrando la cómoda solución de enfrentar a unos contra otros haciendo parecer que los ricos son los que están sacando provecho de los pobres, para quedar como héroe solo por manotear y amagar con citarlos a Palacio para dialogar sobre el compromiso de no subir los precios. Pero bueno, menos mal que ya comenzó la 15ª edición de la Semana Nacional de Educación Financiera, en donde nos van a enseñar a usar mejor nuestro dinero, y como ponerlo a trabajar para que nos rinda, eso sí, en su mayoría la explicación la darán los bancos.
twitter: @terecarbajal
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