Tenía más de un año de verme afectada por los ajustes al gasto que realizó el
Gobierno, esto implicó que mi sueldo se viera afectado en una disminución de casi
un 40%, a la vez trajo como consecuencia que el pago de la Hipoteca que tenía
contratada con el Banco se viera afectado. Los primeros meses aun sin cubrir el
monto de la mensualidad continúe haciendo mi aportación sin falta, al acumular
tres mensualidades vencidas por los picos que iban quedando pendientes y los
intereses generados por los mismos empecé a padecer las advertencias de los
Despachos de Cobranza, llegó el momento en que ya no me permitieron realizar
ningún depósito alegando que debía realizar el pago completo de lo atrasado, por
lo que empezaron a pasar los meses sin poder hacerlo.
La institución bancaria no me permitía depositar en mi cuenta, no podía realizar ni
un pago parcial y el dinero lo tuve que “ahorrar” para cuando lograra juntar todo lo
que tenía pendiente de pago me aceptaran el cargo a mi cuenta. Obviamente esto
se veía inalcanzable.
A estas alturas de los hechos, me encontraba más que estresada, no tenía
posibilidades de conseguir mayor efectivo y la advertencia de demanda para
recuperar el bien en garantía –mi casa- era el comentario de todos los días por
parte del despacho de cobranza, a pesar de que formalmente no tenía ningún
aviso de demanda. Por mis propios medios traté de informarme cómo saber que
realmente existía una demanda y cómo salir de ahí, con estas dudas y angustia
llegué al Barzón de Resistencia Civil, Estado de Veracruz, A.C., literalmente por
un golpe de suerte.
Mi primer pensamiento al verlo fue, “si debo pero que me den chance”,
posteriormente descubrí que es parte de la ideología del Barzón, “debo no niego;
pago lo justo”.
Al plantear mi situación, fui asesorada por el área Jurídica para recabar toda la
papelería necesaria que demostrara lo que estaba ocurriendo; ahora sí con
documentos en mano y el apoyo de la Organización, la Institución Bancaria
accedió a darme un trato justo, escuchó la problemática por la que atravesaba. Me
propuso una alternativa de pago, que afortunadamente se adapta a mis
posibilidades y que por la disposición que presté para cumplir con mi adeudo tuve
compensación al saldo pendiente. Además de que también ellos reconocieron que
sus formas de cobranza exceden el trato que se nos debe dar como deudores.
¡Claro! Gracias a que no me presenté sola, fue muy importante estar con el apoyo
del Barzón.
Llegar a este punto no fue fácil hubo que dar vueltas -incluso fuera de la ciudad-
hacer gastos, cubrir honorarios, pero reconozco la gran valía de todo ello, sobre
todo por el apoyo recibido, la compañía para realizar las gestiones, la experiencia
y el conocimiento mostrados para darle solución a mi problema.
Mi gratitud y confianza a su trabajo. Un gusto verme favorecida.